Seguramente al visitar o transitar por el Macro Espacio para la Cultura y las Artes (MECA), comúnmente llamado el Museo Espacio, has visto una escultura roja llamativa al exterior de este.
Escultura que gracias a su diseño moderno e innovador, su colorimetría expresiva y llamativa y sus vastas dimensiones te hacen voltear a verlo, denotando así la entrada a un recinto artístico. Sin embargo ¿sabemos el origen e inspiración de dicha escultura?
A continuación te contamos todo sobre esta escultura, mejor dicho: puerta, así como sobre el artista hidrocálido que inspiró la creación de esta. De tal manera la siguiente vez que visites dicho recinto, podrás visualizar la obra de distinta manera de acuerdo a su historia y funciones.

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La Puerta Saturnina
Ubicada en Av. Gómez Morín, Antiguos Talleres del Ferrocarril, Av. Ferrocarril, en el Barrio de la Estación, la Puerta Saturnina, obra del escultor mexicano Sebastián, es un monumento dedicado al más grande pintor de Aguascalientes, Saturnino Herrán, quien es considerado el iniciador de la escuela mexicana de pintura y el precursor de los pintores que a partir de 1921 dieron vida, color y arte al muralismo mexicano.
La Puerta Saturnina es una obra del escultor Sebastián y fue creada en 1998 en la administración del gobernador Otto Granados Roldán.
Más allá de ser una representación literal sobre el artista, la Puerta Saturnina toma inspiración en el nombre del artista, referente del planeta Saturno.
La escultura tiene una altura de 20 metros, realizada en hierro y pintada con esmalte acrílico de color rojo; anteriormente estaba ubicada en una plataforma tipo mirador al lado izquierdo de la carretera 45 sur en donde no se apreciaba su belleza, durante la administración del mandatario Carlos Lozano de la Torre esta fue reubicada y consolidada en el complejo FICOTRECE.
Consta de dos columnas y en la parte superior termina formando de manera geométrica y ordenadamente los anillos característicos del planeta Saturno, pero en vez de anillos concéntricos el artista los realiza de manera paralela en diagonal.

La Puerta Saturnina tiene como representación dos vertientes. La primera evoca el movimiento de los anillos del planeta de Saturno. Se representa el eje de rotación de aproximadamente 30 grados en la inclinación de la diagonal de la escultura, aunque hay que considerar que no se trata tanto de una representación fiel del planeta, sino de un juego de palabras con el nombre del gran maestro Saturnino Herrán.
La puerta también está concebida para que desde abajo de la escultura, pueda uno observar el maravilloso espectáculo de las estrellas en las noches despejadas que suele tener Aguascalientes de Octubre a Mayo.
Saturnino Herrán: el pintor más mexicano
Saturnino Efrén de Jesús Herrán Guinchard nació en la ciudad de Aguascalientes, el 09 de julio de 1887. Fue hijo de José Herrán y Bolado, tesorero de la ciudad de Aguascalientes y catedrático de Tenaduría de libros en el Instituto de Ciencias de Aguascalientes. La madre de Saturnino, Josefa Guinchard Medina, pertenecía a una familia de hacendados de origen francés que había alcanzados importantes puestos a nivel estatal.

Saturnino Herrán creía que el arte sería el motor de transformación social de México y no la violencia derivada del movimiento revolucionario.
Estaba convencido de que su quehacer en el mundo era pintar tanto como le fuera posible. Irónicamente, murió a la temprana edad de 31 años, reclamando a la vida el deseo de seguir plasmando sus ideas con pintura.
Saturnino se inscribió a la Academia de San Carlos en 1904, bajo la tutela de Antonio Fabrés. Cabe destacar que Herrán no tuvo que cursar las clases elementales de dibujo, sino que pasó directamente al área profesional.
Inicialmente Fabrés tuvo una importante influencia sobre el trabajo de Herrán. Sin embargo, con Germán Gedovius comenzó adquirió el carácter realista de su obra. Ya en su pintura Jardines de Castañeda, Herrán comenzó a mostrar su personalidad modernista, la cual incluía elementos cotidianos como la presencia de trabajadores humildes. Otros artistas que influyeron en su obra fueron Ignacio Zuloaga en la técnica y temática, Ángel Zarraga y Julio Ruelas en la expresión. En 1907 copió los frescos de Teotihuacán para el antropólogo Manuel Gamio, lo cual terminaría por definir su afiliación indigenista.

En 1908, Saturnino Herrán se consolida como artista con su obra Labor, dos años más tarde comienza a pintar dos tableros para Escuela de Artes y Oficios, donde recupera el trabajo de Frank Brangwyn. Inicialmente sus obras buscaba ilustrar personajes concretos, no simbólicos, y la atmósfera era vaga.
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