Debido a su importancia histórica y a su valor arquitectónico, el Teatro Morelos de Aguascalientes es más que sólo un teatro, declarado Monumento Histórico de la Nación el 30 de marzo de 1993. Actualmente en este recinto histórico se ofrecen espectáculos de teatro, ópera, música, danza, conferencias y otro tipo de eventos sociales.
El Teatro Morelos es un edificio histórico ubicado en el centro de nuestra ciudad, construido entre 1883 y 1885. Es más conocido porque fue elegido como punto de encuentro de la Soberana Convención Revolucionaria de Octubre de 1914, donde se reunieron la mayoría de los generales y líderes de la Revolución Mexicana. Se trata de uno de los edificios más representativos de la ciudad, ubicado además en la plaza principal, junto a la catedral de la ciudad.
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En 1860, el entonces gobernador de Aguascalientes, Esteban Ávila, concibió la idea de un teatro, pero el proyecto no se concretó debido a la falta de recursos, así como por la inestabilidad política del momento, así posteriormente en 1882 el gobernador Rafael Arellano decidió retomar el proyecto para lograr una mejora para la ciudad. El Ayuntamiento otorgó así un predio denominado “La Alhóndiga”.

Soberana Convención de Aguascalientes
La Soberana Convención de Aguascalientes fue una reunión que tuvo lugar durante el proceso de la Revolución Mexicana, se celebró del 10 de octubre al 9 de noviembre de 1914. Fue convocada el 1 de octubre de 1914 por Venustiano Carranza, primer jefe del Ejército Constitucionalista, bajo la denominación de Gran Convención de Jefes militares con mando de fuerzas y gobernadores de los Estados, y cuyas sesiones iniciales tuvieron lugar en la Cámara de Diputados de la Ciudad de México, aunque con posterioridad fueron trasladadas al Teatro Morelos en Aguascalientes, que nombró a la Convención.

Carranza pretendía con esta reunión llegar a acuerdos con el resto de los participantes en la revolución y organizar la nueva política en México. En un principio, Zapata y Villa se negaron a participar, aunque acabaron presentándose en Aguascalientes, el traslado de la Convención desde Ciudad de México a Aguascalientes fue fundamental para que ambos líderes revolucionarios finalmente se presentaran.
A lo largo de la Convención se sucedieron diferentes propuestas, casi todas presentadas por los villistas. El objetivo de alcanzar acuerdos entre todas las partes no llegó a alcanzarse. Al final, el futuro de la Revolución se decidió con las armas.
Francisco Villa llegó con un objetivo bien definido: nombrar un gobierno provisional para después convocar a elecciones. Carranza, en minoría en esos momentos, no aceptó y acabó retirándose de las conversaciones. Por su parte, Zapata centró sus esfuerzos en conseguir que el Plan de Ayala pasara a ser parte del nuevo país. Logró el apoyo de los villistas, pero los carrancistas consideraban la propuesta demasiado radical. Villa y Zapata sí se reconciliaron, pero las diferencias con Carranza hicieron que este abandonara la reunión.
La propuesta aprobada más simbólica sería la destitución de Carranza como presidente de la República. Su sustituto fue Eulalio Gutiérrez, hidrocálido, quien juró en cargo en calidad de interino.
Función inaugural
Mediante una función en la que se dio cita a los cronistas de entonces, considerado “lo más selecto de la sociedad local”. La función inaugural corrió a cargo de la compañía del actor italiano Leopoldo Burón, quien deleitó al público con la puesta en escena del drama “La muerte civil” y de la comedia “Los pantalones”. Lo verdaderamente importante, sin embargo, no tuvo lugar arriba del escenario, sino en la sala, donde las damas de sociedad competían entre sí por la atención de caballeros conocedores del teatro. La reunión, que en un sentido simbólico confirmó el ingreso de Aguascalientes a la era del progreso, fue presidida desde el palco central por el gobernador Gómez Hornedo y por su antecesor, Arellano.
Arquitectura neoclásica
El arquitecto José Noriega realizó el diseño y los planos, arquitecto que también diseño el Teatro Juárez en Guanajuato; de tal manera que el nuevo teatro Morelos pudo ser inaugurado el 25 de agosto de 1885, siendo así el teatro más antiguo de la ciudad de Aguascalientes.
Desde el punto de vista arquitectónico la obra no carece de encanto, con esbeltas columnas de cantera en su fachada y un conjunto de estilo neoclásico, entre sus características cuenta con una capacidad para 350 personas.

Desde el punto de vista de la arquitectura civil, este edificio considerado la obra más notable de la era porfiriana, se trataba de “una mejora de la mayor importancia para esta ciudad”.
De muchas maneras la élite local expresó su satisfacción ante el hecho de contar con un espacio que satisfacía sus pretensiones de ilustración y esparcimiento. El pueblo tenía los toros, las peleas de gallos y las verbenas de barriada, pero el gobernador y los miembros de la legislatura, los profesores del Instituto de Ciencias y del Liceo de Niñas, los redactores de la “prensa literaria”, los hacendados y los dueños de las grandes casas de comercio consideraban que su posición social los hacía merecedores de otro recinto. Ciertamente el interés por el teatro no era lo de mayor importancia, si no la oportunidad de lucirse en sociedad, pero no debe ignorarse la enorme importancia simbólica de esos espacios y de lo que ahí sucedía. En una ciudad como Aguascalientes, que carecía del abolengo colonial que tenían Zacatecas o San Luis Potosí, el teatro Morelos vino a ser un certificado extemporáneo de legitimidad social.

En 1964, en la administración del presidente Adolfo López Mateos, se restauró el teatro, pues se celebró el 50 aniversario de la Convención de Aguascalientes. Roberto Álvarez Espinoza se encargó del proyecto de restauración, el cual fue ejecutado por Francisco Aguayo Mora. El 15 de octubre de 1964, fue reinaugurado el teatro. En 1989 se construyó el museo de sitio de la Soberana Convención Revolucionaria en el segundo piso del teatro, para conmemorar el 75 Aniversario de la Convención de Aguascalientes. Enfrente del museo se encuentra la Plaza de la República, nombrada así en 1964, donde se instaló un mural escultórico en relieve donde están los caudillos revolucionarios junto con el que fue presidente provisional, Eulalio Gutiérrez.
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