El campo ha sido uno de los principales pilares productivos de la entidad, caracterizándose por su competitividad y calidad, cada uno de los productores y productoras constantemente buscan nuevas alternativas para generar un valor agregado o eficientar cada uno de sus procesos.
No es casualidad que durante este año, los recursos estatales para este sector se hayan incrementado en un 148% respecto al 2016, pues las aplicaciones y ejes de impacto de esta industria primaria son muy amplios.
Dentro de las áreas que integra y funge como un detonante se encuentra el turismo rural. Asi lo describió el Secretario de Desarrollo Rural y Agroempresarial, Miguel Muñoz de la Torre durante rueda de prensa:
“El sector agropecuario puede ser un ancla para generar turismo y economía rural, un ejemplo de ello es Calvillo, en el que su sector primario ha despertado el desarrollo local. Atraídos por la tradición de la guayaba y el mezcal, los visitantes de fin de semana generan un consumo per cápita promedio importante. Si lográramos que la gente se acerque de esta manera por ejemplo a Tepezalá podríamos detonar un desarrollo muy fuerte” comentó el secretario.

La apuesta por la reconversión productiva, también ha contribuido a que se desarrollen productos turísticos cómo la Ruta del Vino, algo que sin el apoyo al sector primario no hubiera sido posible.
Pues además de que este programa contribuye al ahorro de agua, busca que los productores logren mayor rentabilidad a través de cultivos con los que puedan desarrollar un valor agregado importante, en el que por ejemplo, como sucede en la producción de vid impacte varios sectores.
Un atributo que aplaudió el Director General de Innovación del Producto Turístico de México, Mauricio Reyna, quien calificó la iniciativa de la Ruta del Vino, impulsada por el eje económico conformado por la Secretaría de Desarrollo Rural y Agroempresarial, Secretaría de Desarrollo Económico y Turismo como un excelente ejemplo de innovación turística.
Pues para el director este producto turístico responde perfectamente al contexto actual y tendencias de viaje, se trata de un trabajo transversal e incluyente que permite la incorporación y acción conjunta de todo una comunidad, gobierno, iniciativa privada, personas que laboran en el campo, permite la revaloración del territorio y la tradición, además de que sigue la línea del turismo carretero.

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“La ruta del vino es un claro ejemplo de una actividad comunitaria, arraigada a la tierra, empresarial competitivamente hablando, y apegada al contexto, está muy cerca de actividades de turismo carretero, se desarrolla al aire libre y te permite reencontrarte con un producto natural” concluye el director.
Cabe destacar que este tipo de proyectos transversales generan derramas económicas importantes, durante el 2021 en tan sólo un fin de semana la Ruta del Vino generó una derrama económica de más de 23 millones de pesos y las actividades que se desarrollaron en la Isla San Marcos durante los 16 días del Congreso Nacional Charro generaron una derrama económica de 750 millones de pesos.